En el mundo de los viajes de montaña es muy importante establecer unos niveles de dificultad preciosos que permitan orientar a los clientes acerca de los requisitos físicos y psíquicos necesarios para llevar a cabo las jornadas de un modo fluido y con el menor riesgo posible, tanto para el cliente como para el guía. Por supuesto, establecer estas escalas de dificultad supone siempre un grado de subjetividad bastante elevado. Las graduaciones aplicadas a las escaladas en roca, hielo, o al barranquismo, han sido creadas tras largos años de valoración de cada ruta por los numerosos deportistas que las han recorrido y equipado. Sin embargo en el mundo del trekking no existe una escala definida, por lo que cada empresa debe crear un sistema válido de niveles de dificultad que puedan ayudar a valorar a los clientes las rutas de la forma más precisa posible.
Para mi empresa he decidido crear una graduación particular para los viajes de trekking y aventura, atendiendo a 3 elementos que considero esenciales: por un lado tenemos las distancias recorridas en cada jornada, luego los desniveles acumulados, y por último el tipo de alojamiento. Con estos 3 factores considero que cualquier persona puede hacer una reflexión y valorar que viajes o aventuras se adaptan más a su situación particular.
Aunque antiguamente se empleaba un sistema de graduación internacional más simple; en los últimos años se ha extendido el sistema francés por su completa estructura, donde se tienen en cuenta multitud de factores propios de un medio tan delicado como los barrancos. Por un lado se establecen los caracteres «v» y «a» acompañados de un número del 1 al 7 para indicar la verticalidad y el carácter acuático del barranco respectivamente. Por último se emplea una valoración en número romanos para expresar la exposición o compromiso de dicho barranco. Como ejemplo la graduación de un barranco quedaría del siguiente modo: V3 A2 III.
En el mundo de la escalada en roca nos podemos encontrar una gran variedad de sistemas de graduación en función de la región donde escalemos y del tipo de escalada que practiquemos (escalada deportiva, clásica, artificial…). En este artículo voy a centrarme en los sistemas de graduación de escalada libre más utilizados, pues son los que empleo para indicar la dificultad de las actividades de escalada que ofrezco. Esta graduación tiene como objetivo definir la dificultad de los movimientos del itinerario a seguir; es decir, mide la dificultad física y técnica. En función del país se emplea una escala diferente, por lo que a continuación pongo una imagen donde se pueden ver las equivalencias entre las diferentes escuelas. Todas ellas emplean una escala ascendente de dificultad.
Dentro de esta sección se recogen las graduaciones utilizadas en el alpinismo y la escalada en hielo, basándose en el sistema de doble escala: se asigna un grado para la dificultad técnica y un grado de compromiso o exposición.
Para recabar estos datos se han basado en una escala abierta utilizada por numerosos escaladores canadienses, norteamericanos y sobre todo franceses. Indicamos el grado de compromiso empleando números romanos ascendentes del I al VII y el grado técnico empleando abreviaturas indicativas de la dificultad. La graduación de escalada en hielo se representa con un número de 1 a 7 precedido por WI (Water Ice) en caso de que sea una cascada de hielo de fusión (solo invernal), AI (Alpine Ice) si es una ruta de hielo glaciar (permanente) o M (Mixto), si se trata de una ruta con secciones de roca y nieve/hielo.
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