Día de vuelos hasta el aeropuerto de Harstad/Evenes, en las afueras de Lofoten. Solemos emplear este aeropuerto por el mayor número de combinaciones y porque los precios de los vuelos son mucho más reducidos; no obstante, si alguien desea volar directamente a Svolvær o Leknes, o volar a Bodø y coger un ferry desde allí, no hay ningún problema.

Una vez hayamos llegado, recogeremos nuestro coche de alquiler y nos iremos a nuestro alojamiento. En función de la hora de llegada, y ya que en estos meses hay luz permanente, quien lo desee, puede empezar a explorar las islas.

Nos reuniremos con el guía por la mañana en el pueblo de Henningsvaer, donde pasaremos los siguientes días. Se trata de uno de los pueblos más famosos de las islas y «campo base» para los escaladores. Conocido como la Venecia noruega, el pueblo está levantado sobre varias islas unidas por puentes, contiene la mayor flota pesquera artesanal y uno de los campos de fútbol más al norte del mundo. Aquí dispondremos de todas las necesidades.

Una vez reunidos con el guía, nos desplazaremos al bonito sector de Kalle, donde realizaremos varias escaladas para preparar los días siguientes. Se valorará un poco nuestra soltura en la roca y recibiremos unas pequeñas dosis de formación: manejo de cuerdas, tipos de aseguramiento, emplazamiento de seguros flotantes y técnica de escalada en granito.

Durante el tiempo libre que nos quede en el día recomendamos bien visitar la ciudad con calma o dirigirnos a conocer las playas y atardeceres de Unstad, Eggum o Uttakleiv; y entender así por qué se conocen estas islas como el caribe ártico. Por supuesto, si alguien lo desea puede pasar el resto del día escalando más vías de este sector; pero recomendamos ahorrar un poco de energía para los días siguientes.

Hoy toca realizar nuestra primera vía de varios largos y poner en práctica todo lo aprendido ayer; además, emplearemos esta vía para aprender y pulir técnicas de empotre.

Para ello nos desplazaremos bien al sector de Djupfjord o bien al sector de la pared de Gandalf en función de lo ocupados que se encuentren los sectores y del nivel de los participantes. La vía que realizaremos por defecto es la famosa Bare Blåbær, una vía de 7 largos de fisura que varía en su apertura a lo largo del recorrido y nos permitirá practicar todo tipo de empotres y aseguramientos. La vía tiene una graduación máxima de V+, pero no la subestimemos por su grado, pues sus 250m de largo nos dejarán los antebrazos bien cargados al final de la jornada.

En caso de ir al otro sector, realizaremos la vía por excelencia «Gandalf» o alguna de sus variantes. Se trata de vías un poco más cortas (150m), pero con una dificultad mayor que las del otro sector (6a). Del mismo modo, son vías perfectas para el entrenamiento de los diferentes tipos de empotre y aseguramientos.

Durante el rato libre de la tarde recomendamos realizar alguna actividad de kayak o subir hasta el mirador de Ryten si se dispone de tiempo y energías suficientes. La ruta es simple y las vistas espectaculares. Uno de los miradores por excelencia de Lofoten. También es muy buena idea aprovechar para ir hasta el final de las islas haciendo un pequeño «road trip» y conocer todos los pueblos más pintorescos (Reine, Å, Nusfjord…).

Una de las travesías más impresionantes en cuanto a paisajes.

Lofoteggen se extiende desde Kvittind hasta Vaterfjordtind, pasando por cuatro cumbres diferentes. Esta afilada arista, como un cuchillo dentado ofrece innumerables trepadas con el telón de fondo más increíble que jamás hayas visto. En el corazón de Lofoten, rodeado por algunos de los picos más altos y escarpados de las islas (Higravstinden – 1148m, o Geitgalien – 1085m) y con el Vestfjord debajo, esta ruta se transforma en una experiencia para toda la vida.

Lofoteggen ofrece muchas opciones y variaciones. La travesía integral es un día largo que requiere un buen nivel de condición física, pero podemos acortar el día en función del nivel de condición física y ambiciones. Con muchos pasajes expuestos y cumbres, este recorrido requiere el uso de cuerdas y aseguramientos en aristas, pero con una escalada siempre asequible, por lo que la mayoría de las personas con experiencia en trekking de montaña se las arreglarán con facilidad.

Nos desplazamos a la capital de las Islas Lofoten, la ciudad de Svolvær, donde encontramos el famoso pilar de granito con 2 cuernos conocido como la cabra. Se dice que esta torre fue originada por una cabra que pateó un troll muy feo muy feo, el cual vivía el fiordo de troll, durante un ataque de ira. La cabra se estampó contra la montaña y con el paso del tiempo se fue petrificando hasta dar forma a este torreón. 

Este pilar de roca tiene diferentes vías de varios de varios largos para llegar hasta su cumbre, desde vías para principiantes como vías para escaladores con experiencia. Las vistas desde la cumbre son espectaculares y son una gran recompensa al esfuerzo de la escalada. Es una de las visitas que se encuentra en la lista de todo escalador que visita Lofoten.

Una vez hayamos descendido, no hay mejor momento para aprovechar y conocer el pueblo de Svolvær.

Después de estos días cogiendo soltura a nivel personal y como cordada; es momento de subir el nivel y enfrentarnos a una de las estrellas de las islas.

La inconfundible masa cónica de Presten (El cura) domina toda la carretera costera en las afueras de Henningsvær. La reputación de esta montaña es bien conocida por los escaladores de todos los países nórdicos y se ha ido extendiendo a nivel mundial. Su escarpada nariz se alza más de 400 metros directamente desde el mar, formando un majestuoso precipicio lleno de fisuras, techos y placas que ofrecen una variedad de rutas espectaculares con una graduación desde el 6a hasta el 8º grado.

La vía planeada para esta pared es la famosa «Vestpillaren direct», una preciosa ruta de 425m repartidos en 12 espectaculares largos con un grado máximo de 6a+. La técnica predominante es la de fisuras y diedros perfectos.  Será una jornada intensa pero muy agradecida; especialmente por las vistas que tendremos de todas las islas desde la cumbre. El descenso lo realizaremos mediante una bonita ruta de trekking.

Nuestra arista favorita sin duda alguna.

Se trata de una travesía integral de 12 largos por todo tipo de terreno (trepadas, pasos muy aéreos, escalada de chimenea…). Una actividad alpina que nos lleva desde el nivel del mar hasta los 943m de altitud de Vågakallen, ascendiendo por la cara norte y realizando el descenso por su cara sur. 

Es una actividad muy completa e intensa que nos llevará casi todo el día, perfecta para poner el broche final a esta semana de aventura en la roca y despedirnos así de este pequeño paraíso ártico.

Nos iremos al aeropuerto con tiempo para devolver el coche y coger el vuelo de regreso a casa.