Todos los viajes que se dirigen al ártico noruego deben hacer una parada previa en Oslo, de modo que ¿por qué no aprovechar la parada?

En función de la hora de llegada de nuestro vuelo a la ciudad, dispondremos de tiempo libre para visitar la capital nórdica. Recomendamos visitar el Parque Vigeland si se dispone de tiempo suficiente, el museo naval vikingo o el museo Kon-Tiki, dar un paseo por el puerto y admirar la famosa ópera de Oslo o la fortaleza de Akershus.

Recomendamos cenar en alguno de los locales que encontraremos en la calle Karl Johans Gate, la más emblemática de la ciudad, o en alguna de sus paralelas si buscamos algo más económico.

Durante los meses de invierno es muy común encontrar saunas públicas flotantes justo enfrente al edificio de la ópera. Ahí podemos disfrutar de una experiencia 100% nórdica, ya que los baños de agua fría se realizan en la bahía casi congelada del puerto.

Tras desayunar con calma, dispondremos de un poco de tiempo libre para visitar en la todo aquello que no nos haya dado tiempo el día anterior. Recomendamos tomar una comida ligera y a medio día nos iremos al aeropuerto para coger nuestro vuelo con destino al ártico más puro.

Llegaremos al aeropuerto de Longyearbyen a media tarde, donde el guía estará esperándonos para trasladarnos a nuestro alojamiento y hacer el check-in. Tras dejar nuestras cosas en las habitaciones, nos dará un pequeño tour guiado por el asentamiento y nos contará un poco de su historia, sus leyes propias y como es la vida diaria tan al norte.

Por último, disfrutaremos de una buena cena y se nos presentará el programa al detalle. Antes de acostarnos tendremos tiempo para visitar el asentamiento por nuestra cuenta, tomar algunas fotos y, si hay suerte, ver las primeras auroras boreales. No os preocupéis, para moverse por el pueblo no es necesario ir acompañados del guía armado 😊

La mejor manera de experimentar la belleza y la inmensidad del paisaje ártico de Svalbard es en un trineo tirado por perros. A estas alturas del año, la luz ha regresado de la larga noche polar y todo vuelve a estar despierto. Nuestro guía nos recogerá en el alojamiento tras el desayuno y seremos trasladados al centro de los Huskies, donde seremos recibidos por estos peludos rebosantes de energía.

Cuando lleguemos al centro, el guía nos presentará a las diferentes cuadrillas, nos contará un poco sobre su estilo de vida y nos enseñará a preparar nuestro equipo antes de emprender la aventura. Tendremos la oportunidad de caminar por la finca y abrazar y jugar con los perros, que siempre están ansiosos por hacer nuevos amigos. De hecho, una de las mejores partes de los trineos tirados por perros es conectar con el equipo que se encargará de tirar de nosotros. Aprenderemos a enganchar a nuestros propios perros y conducirlos en condiciones antes de salir a las estepas árticas. Una vez que estemos listos para partir, nos adentraremos en uno de los muchos valles que nos rodean.

Durante el viaje experimentaremos el gran poder que tienen los perros, así como su pasión por correr; todo mientras viajamos por el desierto Ártico. Es posible que incluso tengas la oportunidad de ver otros animales salvajes, como renos o zorros deambulando o, si tenemos suerte algún oso polar. También visitaremos glaciares y alguna de las espectaculares cuevas de hielo de la isla.

Ayer tuvimos la oportunidad de comenzar a explorar las gélidas llanuras y valles que pueblan Svalbard y aprender un poco sobre el estilo de vida más ancestral de las regiones polares. Hoy, por el contrario, es momento de descubrir las montañas y conseguir algunas de las mejores panorámicas del archipiélago.

Para ello ascenderemos con raquetas de nieve hasta dos de las cumbres más reconocidas de Spitsbergen, Sarkofagen y Trollsteinen, desde donde tendremos unas impresionantes vistas de 360º sobre todo el sistema montañoso. Durante el camino ascenderemos por las morrenas glaciares y visitaremos otra de las cuevas de hielo que se forman en invierno. Realizaremos varias parada a lo largo del camino para beber algo caliente y picotear algún snack mientras disfrutamos del silencio sepulcral del norte y dejamos que el puro aire ártico invada nuestro cuerpo.

Tras bajar de las montañas, nos acercaremos hasta la famosa bóveda de semillas, mediante un pequeño tour guiado. La misteriosa bóveda es un centro científico donde se almacenan las semillas y material genético de plantas y animales con el fin de poder preservar sus poblaciones frente a una posible extinción. Por supuesto, está completamente prohibido acceder a su interior; y está custodiada por guardas del ejército. Una vez de regreso a la ciudad, visitaremos el museo de historia natural y cultural de Svalbard.

Hemos vivido ya unas cuentas experiencias, pero ya es hora de poner la guinda al pastel e ir ya a por la mayor aventura del viaje. Tras el desayuno seremos trasladados a la base de operaciones. Una vez allí, se revisará que todo el material necesario esté en orden y nos proporcionarán ropas y equipo adecuado para la actividad. Se nos presentará también en detalle la ruta que seguiremos en función de las condiciones de hielo y nieve que haya en ese momento y nos impartirán un pequeño curso de conducción y seguridad en las motos de nieve.

Una vez estemos preparados comenzamos la travesía conduciendo nuestras motos de nieve por parejas; cruzando mares congelados, glaciares y admirando la fauna y paisajes más salvajes. Realizaremos varias paradas en puntos clave para comer y picar algo y, finalmente, nos introduciremos en una cueva de hielo milenaria, descendiendo a su interior con los equipos de escalada (no es necesaria experiencia previa). En el interior de la cueva montaremos el campamento y nos prepararemos para cenar y pasar la noche en la cueva; una experiencia única en la cueva y más cálida de lo que podamos imaginar. Por supuesto se nos proporcionarán los equipos necesarios para esta experiencia.

Al día siguiente, desayunaremos en el interior de la cueva, consiguiendo el agua necesaria para las comidas y para el resto del día, directamente del hielo de la cueva. Después, continuaremos nuestra ruta por los valles del este si las condiciones nos lo permiten, adentrándonos en el reino del oso polar para intentar maximizar las posibilidades de su visualización. Tendremos la oportunidad de encontrar también otros animales salvajes como renos, zorros árticos, focas… y tomaremos el tiempo que sea necesario para sacar todas las fotos que necesitemos, llevándonos así los mejores recuerdos posibles de esta aventura.

Al volver a Longyearbyen gozaremos de una cena de despedida en un restaurante ubicado en las minas de carbón que atrajeron a los primeros pobladores de estas islas.

En función de la salida de nuestro vuelo seremos trasladados al aeropuerto para comenzar los viajes de regreso a casa.